En medio de la desesperación y el constante temor, los vecinos de Sanavirones 1690, en Villa del Rosario, relatan una ola de robos que ha afectado la calidad de vida en la comunidad. Entre los afectados se encuentra Sebastián Pereyra, quien, junto con su familia, ha sufrido innumerables robos en los últimos meses.

La situación alcanzó un nuevo nivel de gravedad cuando, en el último incidente, los intrusos se llevaron cuatro chanchos pertenecientes a Pereyra. Este episodio se suma a una serie de hurtos previos que han dejado a la familia lidiando con pérdidas significativas: robos de terneros y pertenencias de su vivienda.

Sebastián Pereyra, víctima del último robo, expresó su desesperación: “Estamos en Sanavirones 1690 (frente al cañaveral). Ya no puedo más. Va 9 veces que me han robado, y anoche a las 4 de la mañana (madrugada del Miércoles)  bajo el agua estuvimos corriendo con mi mujer porque nos llevaban los animales de vuelta”.

Los vecinos del sector, han enfrentado múltiples desafíos desde el tornado que azotó la ciudad. Con la última lluvia, el canal reventó, inundando nuevamente las viviendas de los residentes. Además, la falta de luz eléctrica en la calle, agrava la vulnerabilidad de los vecinos.

Miguel, otro de los afectados, compartió su experiencia: “Me reventaron mi casa, me reventaron todo. Vivimos el día a día. Te gana la humillación. Ya hicimos denuncias y no tuvimos respuestas. Estuvimos cortando el cañaveral, estamos hartos que nos roben… Trabajo de changas y tuve que pedir una semana para hacer cosas acá. Soy esclavo de mi casa”.

Estás familias, sumidas en la desesperación y la impotencia, piden por ayuda y hacen un llamado a las autoridades para que visiten sus hogares y comprendan la cruda realidad que enfrentan. Los vecinos exigen soluciones concretas y medidas de seguridad para frenar esta serie de robos que ha afectado no solo sus lugares, sino también su paz y calidad de vida.

“Los chicos no salen de noche, juegan a la tarde. Para salir a comprar es turnándose. De noche la calle no tiene luz. 10 veces nos entraron a robar, esto ya no es vida”, cerró Maricel, otra vecina afectada, reflejando el desgaste que la comunidad ha sufrido debido todas estas situaciones.